He llegado a una conclusión.
No es posible que los lunes y los sábados tengan las mismas horas, porque desde luego ¡a mí no me duran igual!
¿O es a mí sola a la que los fines de semana se le pasan volando?
Que tú miras la hora el sábado, no porque te importe realmente, sólo por curiosidad, y son las 12 de la mañana, y al momento cuando vuelves a echarle un vistazo al reloj…..¡las 6 de la tarde!!
¡Pero donde se me han ido las horas!!

Claro que luego llega el lunes y descubres donde se te han acumulado toooooodas esas horas perdidas: en el tiempo que transcurre desde la hora del bocadillo a la de la comida!!
Compruebas la hora nada más volver al trabajo tras el cafetito de media mañana: «las 11´30, vale, ya casi está hecho», y pasado un laaaaaaargo rato vuelves a mirar el reloj (ahora no es por curiosidad, sino porque de verdad te interesa) y son …¡las 12!!!
¡¿Pero qué pasa aquí?!

Y así durante toda la mañana, mirando el reloj cada 20 minutos y comprobando lo lento que pasa el tiempo.
Y este reparto desigual de las horas en invierno se lleva mal, pero es que en verano es todavía peor.
Porque los lunes se hacen mucho más largos (sobre todo si trabajas por la tarde…) y de los fines de semana ni te enteras!!

Así que, entre el calor y la falta de tiempo, las horas que le dedicamos a la cocina suelen ser menos y generalmente para preparar ensaladas y platos rápidos y fresquitos.
Y para no acabar preparando siempre las mismas ensaladas, hoy os traigo una que además de rápida es deliciosa, con la quinoa como base, el toque dulzón de la cereza, que añadimos también en la vinagreta y el puntito refrescante que le da la ralladura de lima.
¡Probadla y me contáis!
Y si queréis más recetas con quinoa tenéis otras opciones en el blog como esta y esta.
Vamos a por la receta:


Preparación:
En primer lugar comenzamos preparando la quinoa.
Colocamos la quinoa en un escurridor y la enjuagamos bajo el chorro de agua fría, frotándola con los dedos para que elimine la saponina, hasta que el agua salga limpia y sin espuma.
Ponemos una cucharadita de aceite en una cazuela y cuando esté caliente añadimos la quinoa y la tostamos durante un minuto o dos. Esto le dará un ligero sabor a frutos secos.
Añadimos agua, doble cantidad de agua que de quinoa, y lo dejamos cocer a fuego suave durante unos 15 minutos.
Pasado este tiempo comprobamos que esté tierna y si no fuese así dejamos cocer unos minutos más.
Cuando esté lista la ponemos en un escurridor, refrescamos bajo el grifo del agua fría y reservamos.
Mientras se cuece la quinoa vamos preparando el resto de los ingredientes.
Lavamos las cerezas, le quitamos el hueso y reservamos.
Pelamos el aguacate, lo troceamos en daditos y rociamos con un poquito de lima para que no se oxide. Reservamos.
Cortamos los palitos de cangrejo y reservamos.
Una vez que tengamos cocida la quinoa la colocamos en un colador y la refrescamos bajo el grifo. La escurrimos bien y la ponemos en un bol.
Añadimos las cerezas, el aguacate, los palitos de cangrejo y la ralladura de lima.
A continuación preparamos la vinagreta.
Deshuesamos las cerezas y las mezclamos con el aceite, la miel y el zumo de lima y trituramos con una batidora.
En el momento de servir la ensalada añadimos los anacardos y regamos con la vinagreta.
¡Que aproveche!!
Notas:
Podemos sustituir los palitos de cangrejo por colas de gamba cocidas.
Los anacardos los añadimos en el momento de servir para que no se ablanden. Los podéis incorporar enteros o en cortados en trozos gruesos.

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